En Servicio10 no esperamos a la obligación legal de tener un plan de igualdad, lo diseñamos e implementamos en 2010. Ahora que nos hallamos analizando el registro retributivo obligatorio, advertimos con sorpresa, que no existe una categoría, o grupo profesional en el que las mujeres no perciban una mayor remuneración que los hombres. Una segregación no premeditada, ni inducida, ni forzada.
Este año la Compañía cumple 25 años y no imagino mejor regalo para quienes la dirigimos, que observar como el reconocimiento a la labor, y a los resultados, con independencia del sexo, se torna en dogma. Esa igualdad que ha surgido sin imposiciones, amenazas, o injusticias en esta Compañía, se presenta disruptiva y, sin embargo, extraordinariamente discreta.
Sólo para la reflexión manifiesto que existen posiciones ocupadas mayormente por mujeres, de mutuo propio, que en nuestros laboratorios solo trabaja una técnica senior, frente a 60 varones, y sólo un administrativo por cada siete administrativas, y si me impusieran una equidad forzada, tendríamos un verdadero problema. En los Consejos de Administración entiendo que sucede en alguna medida, una situación similar.
Trabajamos en el sector de la electrónica y en el Comité de Dirección existe una paridad natural, nacida sin cuotas. Y no quiero pecar de frivolidad, ni de demencia, reconozco la existencia de una desigualdad laboral, moral, social y ética, soy
consciente, aunque no la padezca. No obstante, debe eliminarse con normas, que no supongan discriminaciones positivas, ese término que es endogámico en su pervertida acepción.
Los Convenios igualan los salarios, los permisos democratizan la selección y la promoción, la educación es el cimiento, así como la voluntariedad, un hecho, tan respetable como exigible. El éxito exige esfuerzo, disponibilidad y mérito, y las personas, con independencia del género otorgamos prioridad en determinadas decisiones y momentos a la vida personal. La Empresa no es una administración, que tiene turnos y personal suficiente, o así debería ser, y en determinadas posiciones de responsabilidad, no se ficha a las 15:00 y el desarrollo profesional requiere sacrificios en hombres y mujeres en idéntica proporción.
Hemos transformado el mercado laboral en 40 años, exponencialmente, rompiendo un modelo vigente durante siglos, ocupando roles, profesiones, posiciones nuevas. Cualquier cambio resulta complejo, este era un todo un reto. Mi balance es que ha sido un triunfo, que aún queda camino, sin duda, pero cada vez más llano. Así es que no lo embarremos con odios, temores, amenazas, confrontaciones, reproches y egos de victoria. Considero que todos ganamos con la incorporación de la mujer a las Empresas, y los hombres son los primeros en reconocerlo, por ello no nos dejéis ventaja en la carrera del éxito, porque no la necesitamos.